Hoy, es el primer domingo de mes, estamos sentados en el suelo de nuestra casa, Alba, Iris (nuestra hija de 6 años) y yo. Cada uno, tiene a su lado un cubo de basura. Basura que ha generado a lo largo del mes. Por turnos, vamos echando el contenido de nuestros cubos de basura sobre el suelo, y nos disponemos a observar y reflexionar sobre los residuos que hemos generado. Es una buena forma de tomar consciencia del impacto de nuestras acciones sobre la Tierra. Una maravillosa ocasión para intentar cambiar algunos de nuestros hábitos, que ayudarán a disminuir nuestra huella sobre el planeta.
A Iris le encanta rebuscar entre la basura, e intentar aprovechar y dar un segundo uso a algunos residuos. Lo que no podemos re-aprovechar, lo separamos para reciclar y, por último, lo que no podemos reciclar, lo desechamos conscientes de dónde acabará.
También tenemos un listado en el que apuntamos todo lo que consumimos, organizado por categorías. Esto nos ayuda a poder ser conscientes de nuestro consumo. Lo que cada miembro de la familia demanda de recursos del planeta. Con ello, podemos proponernos medidas concretas, para minimizar nuestro impacto sobre la Tierra.
Este día de la basura nos encanta, es una forma de tomar consciencia sobre los recursos que consumimos, sobre los desperdicios que generamos y el impacto que tenemos sobre el planeta. Todo ello, nos alienta con alegría y esperanza, a comprometernos con pequeños cambios. Cuando soy consciente, puedo comprometerme a transformar.
Hoy, 20 de mayo, es el Overshoot Day en España, es decir, el día de la sobrecapacidad de la Tierra. Este día, marca la fecha en la que la demanda de recursos y servicios ecológicos ha superado lo que la Tierra puede generar este año. Promovido por la ONG Global Footprint Network, pretende sensibilizarnos sobre el consumo ilimitado, en un mundo limitado.
Esta fecha, es una forma de tomar consciencia como sociedad, para encontrar formas de cambiar la situación. Nos da la oportunidad de no continuar hipotecando el futuro de nuestros descendientes y de no expoliar los recursos de otros seres. Nos ofrece poder comprometernos no solo personalmente, sino también como comunidad y sociedad, a tomar acciones creativas, que ayuden a reducir nuestro consumo, para que todos los seres, presentes y futuros, puedan vivir mejor.
Por ejemplo, reducir nuestra huella de transporte en un 50%, podría retrasar la sobrecapacidad de la Tierra en 13 días. Reducir a cero el desperdicio de alimentos, en otros 13 días, y reducir el consumo de carne en un 50%, en hasta 17 días. Mejorar la eficiencia energética, en 21 días. Y reducir nuestra huella de carbono en un 50%, en hasta 3 meses.
Es necesario decrecer personalmente, como comunidad y sociedad, para continuar cuidando de la Tierra. Seguir ofreciendo un legado que nos ha sido dado, a las futuras generaciones y evitar el sufrimiento, de otros pueblos, culturas y seres vivos, a causa de nuestro elevado consumo.
El cambio es posible, cuando tomamos consciencia y nos comprometemos, en pequeñas o grandes acciones, que transforman al mundo y a nosotros y nosotras mismas.
Jorge Costas Solla (Sangha Terra de Presença, Pontevedra)